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sábado, 24 de septiembre de 2011

Los cien días. (En Hoy por Hoy León, 23 de septiembre)

Me gustaría saber cuántos leoneses conocen con exactitud el contenido de las famosas cien medidas que el alcalde se comprometió a cumplir en sus primeros cien días al frente de la alcaldía. Probablemente sean muchos más de los que yo creo, pero seguro que son muchos menos de los que cabría esperar, por eso me parece poco relevante que se hayan cumplido o que hayan dejado de cumplirse. Es verdad que gestionar es formular objetivos y fijarse plazos para su consecución. Los políticos están además obligados a dar cuenta a los ciudadanos del resultado de su gestión y, en ese sentido me parece bien el balance del Alcalde, aunque no se percibe en la ciudad un cambio significativo. Parece que todo sigue la misma inercia.

La prioridad absoluta del recorte del gasto está en todo lo que se planea desde Ordoño, es como quien se ocupa de mantener a flote un pesado barco en el que no dan a basto las bombas de achique. Las medida de cobrar 36 euros por participar en las Escuelas Deportivas, nos habla en este sentido. Fin de la cultura del servicio gratuito. La crisis nos pone en la senda del copago, un eufemismo que en realidad esconde un doble pago, uno por la vía de los impuestos, el otro por la vía del cobro al usuario. El copago de las Escuelas Deportivas es discutible, sobre todo si se da el caso, espero que no sea así, de que haya un número menor de muchachos y muchachas este curso con respecto a los números de otros años. Imagino también, pero esto no lo sé, que además de este copago, el Ayuntamiento habrá previsto una reestructuración de las escuelas mismas, aligerando la estructura para hacerla más eficiente, sin que esto suponga la eliminación de deportes que puedan resultar minoritarios.

Comparto la idea de que somos tan estúpidos que valoramos más aquello por lo que tenemos que pagar que lo que podemos usar sin pagar y también que cuanto más caro es algo, más valioso nos parece, confundiendo valor y precio. El precio que se ha puesto al copago de las Escuelas Deportivas va a suponer un desvío de jóvenes deportistas hacia clubes privados, un fenómeno espectacular en el fútbol base, por no hablar del baloncesto o de otros deportes menos populares, como la gimnasia deportiva, disciplina en la que existe un club femenino que compite a nivel nacional y que ha encontrado refugio en el pabellón de Navatejera, porque no tenía sitio en la estructura deportiva del Ayuntamiento de León.

Volviendo a la tendencia a confundir valor y precio, me gustaría cerrar el comentario de hoy hablando de una apuesta de enorme valor que he conocido estos días. En Matueca de Torío, una mujer y su hija, han recuperado para los vecinos el bar del pueblo. Una historia de tantas, si se quiere, pero con una diferencia: además del bar, Mar Torres y su hija, han puesto en funcionamiento un restaurante que utiliza los productos de la huerta y las materias primas de la zona para hacer una cocina inspirada en la imaginación mágica de una soberbia cocinera. Aires africanos traspasan muchos de los platos, reducciones mimadas en largas horas de cocción, milagrosos jarabes de colores inquietantes que dibujan la firma de la exquisita mano de Mar. Mucho valor, en el valle del Torío, en el pequeño bar de Matueca, a bajo precio. Una apuesta insólita en la que el menú del día incluye platos exóticos en un bar pegado a la carretera. Alguien dijo en la cena que estas dos bravas mujeres, con el cariño y la modestia máximas, están allí educando paladares. Y creo que ellas sí que han pasado ya con nota el examen de los cien días.

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