Buscar este blog

viernes, 24 de octubre de 2014

Seda de araña. (En Hoy por Hoy León, 24 de octubre de 2014)

Anoche me decía mi hijo que tenía un tema para mi artículo. Confieso que ya tenía escrito un texto para hoy cuando hablé con él, porque me lo dijo, más que anoche, esta madrugada. También dice que esta ciudad es distinta los jueves por la noche, que deja de ser la ciudad consabida de morcilla, Húmedo y paso atrás de todos los fines de semana y que este jueves universitario de cada semana se viste de fiesta y gente de mil sitios distintos que sale a divertirse como si no hubiera mañana. De hecho es verdad que hace solo un rato, a eso de las ocho, cuando iba en el coche hacia mi trabajo, se veían grupos de jóvenes deambulando por calles todavía oscuras con la mirada vidriosa de una noche de juerga. Es un paisaje común los viernes por la mañana, algo que produce un tímido desconcierto en algunos de los profesores nuevos en la ULE, que no entienden por qué tienen los viernes tan pocos alumnos en sus aulas. Poco a poco lo han ido sabiendo y eso que hay muchos que, como el mío, aunque se acuesten tarde y con mal cuerpo, al día siguiente están en clase dando el callo. Claro que vaya usted a saber a qué se le llama dar el callo en semejantes condiciones, aunque tienen cuerpos que todo lo aguantan, que también fuimos jóvenes un día y sabemos de qué es de lo que estamos hablando.

El caso es que me dijo que el tema del que todo el mundo está hablando en la ciudad es el tema de las arañas. Pensaba yo que me iba a señalar algún asunto de su Facultad o una de las noticias de escándalos de las últimas horas o de los tres días de huelga que ha habido esta semana, de modo que me dejó de piedra con esto de las arañas. “¿No te has fijado que hay un montón de telas de araña? Todo el mundo lo dice, que es que sales a la calle y te enredas en esas telarañas que hay por todas partes”. Y sí, si es verdad que me había fijado. Precisamente el miércoles, en una pradera espectacular en Villanueva del Árbol, el sol dibujaba una estampa preciosa al esconderse por Villasinta, revelando un mar de hilos de seda que cubría todo el campo. Una de las personas que estaba conmigo dijo que cuántas arañas bebía haber por todas partes y me dio por pensar que mejor así, que mejor que fuesen muchas arañas pequeñitas tejiendo laboriosas muchos hilos que no pensar en una sola araña grande que hubiera hecho todo aquello. Así es que le he dado la razón a mi hijo y he tirado a la basura el artículo que tenía escrito hablando del poder político y la importancia de la información libre al hilo de la dimisión del flamante número dos de la nueva ejecutiva del PSOE de Castilla y León y alcalde de Pajares de los Oteros, porque me parece más interesante esto de las arañas. Al fin y al cabo esta red de hilos pegajosos que vemos en la calle es más tangible que esa otra en la que se enredan nuestros políticos a la hora de confeccionar una ejecutiva o una lista electoral, una red de hilos invisibles, de intereses, favores, deudas, apoyos, compromisos, pactos, estrategias, equilibrios. Una red de hilos frágiles que se va tejiendo alrededor de unas siglas hasta que se convierte en una estructura sólida y flexible capaz de atrapar cualquier insecto que sea más pequeño que el insecto que teje la trampa.


No sé qué político era el que decía que temía más a los de dentro que a los de fuera. Parece que la tela de araña que ha enredado a Tudanca no se la ha tejido ningún enemigo, ni de los de dentro, ni de los de fuera. Ha sido un desatino de toma pan y moja y cómete este insecto atrapado en su propia telaraña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario