tag:blogger.com,1999:blog-11662055805448008512024-03-15T10:05:31.384-07:00quelevanteldedoQuelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.comBlogger922125tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-81168563418890290622024-03-15T10:04:00.001-07:002024-03-15T10:04:56.027-07:00Proemium. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1710507687998/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-20771878937749468612024-03-15T10:04:00.000-07:002024-03-15T10:04:13.930-07:00Proemium. (En Hoy por Hoy León, 15 de marzo de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Entiendo
que el modo en el que se inician los procesos los determina en muchos casos,
que la manera en la que iniciamos una relación —una mirada, un gesto, una
palabra, un abrazo— coloca un punto de partida que ya dirige casi de forma imposible
de torcer la dirección que van a llevar las cosas y eso sirve para relaciones,
como sirve para todo lo demás de lo humano, si es que hay algo en lo humano que
no sean relaciones.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>El
caso es que ese momento primero o incluso diría que un momento anterior, una
suerte de </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">proemium</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, un preámbulo que formara parte del asunto pero que
no perteneciera al asunto en sí mismo, viene a ser como una luz que se enciende
e ilumina, una guía, un modo de decir esto es lo que yo puedo aportar, lo que
yo veo, lo que yo entiendo, lo que yo quiero o necesito. Algo que decimos más
rotundamente bajo la frase “hacer una declaración de intenciones”.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Y
el caso es que uno nunca diría que va por ahí declarando sus intenciones,
aunque el hecho es que lo hacemos permanentemente. Por ejemplo, si utilizáramos
la palabra </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">proemium</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> así escrita, en su mismísimo latín, pongamos por
caso para titular un artículo, estaríamos diciendo mucho de nosotros mismos,
mucho quizá en un sentido negativo, o mucho tal vez en un sobreentendido que
solo algunas personas pudieran entender o mucho de lo oscuro que
pretendidamente un pensamiento quizá pedante pudiera desarrollar. Por el
contrario, se podría entender como un juego, una manera diletante de enhebrar
un discurso sin más finalidad que el mero gozo, el disfrute del vuelco de las
palabras que se desparraman sobre el folio en blanco como las fichas de dominó
en el sobre de mármol dispuesto para la partida. El sobre de mármol de la partida,
una metáfora para jugar con los significados de la palabra partida. Ya, ya, ya
sé que los profesores de Lengua dicen que las metáforas que hay que explicar
son muy malas metáforas. Es como los chistes. Palabra partida.</span></p>
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><span> </span>Un profesor de Lengua en Santa Nonia, proemio —ya no en latín— de la
Semana Santa, me recordó no saltar de tema en tema; un miércoles que, perdona
que te lo cuente aquí, fue historia en mi universo de emociones, por cosas que
no me pasaron a mí, pero que trajeron al mundo fotografías de momentos increíbles,
brillos de hojalata en la Plaza del Vaticano en una mañana de sol para la
historia de un pueblo de Ciudad Real que tuvo un día grande —eso dejó escrito su
alcalde— preludio de la Semana Santa. Un día grande, sí, perdona que te diga
estas cosas que no son tan de León, pero que son cosas que me sacan una emoción
escondida, como les pasa a quienes disfrutan con gozo de todo lo que pasa y ya
tienen la risa en el primer encuentro para decidir desde el principio. No puedo
con vosotros, me sacáis la risa que no tengo. Una carcajada en el carcaj. Una
flecha de historia. Roma y los romanos. Dos limonadas.</span>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-66359290460151591522024-03-08T10:17:00.000-08:002024-03-08T10:17:07.271-08:00Nihil obstat. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1709902940237/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-30770301258698069352024-03-08T10:16:00.000-08:002024-03-08T10:16:27.547-08:00Nihil obstat. (En Hoy por Hoy León, 8 de marzo de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Para
poder publicar un escrito en nuestro país hasta hace cuatro días era necesario
conseguir el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">nihil obstat</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> de la censura eclesiástica católica, la
aprobación del contenido moral y también doctrinal de lo escrito. Eso no pasa
ya y podemos escribir lo que pensamos con independencia de la opinión de la
autoridad, ya sea religiosa, política o de cualquier otra índole, pero el caso
es que medimos nuestras palabras cuando actuamos de cara a los demás. Yo lo
hago cuando te escribo esto de cada viernes, pero no solo: también lo hacemos
en cualquier intervención pública, sea en el foro que sea, desde una
conferencia, una charla, aunque sea más informal, hasta la participación en un
pleno del ayuntamiento o una sesión del claustro de profesores de un colegio.
Medimos nuestras palabras no tanto por las consecuencias que puedan traer consigo,
como por lo que dicen de nosotros, por el modo en el que nos retratan delante
de los otros. Funciona un </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">nihil obstat</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> privado, una censura íntima que
en muchas ocasiones llega incluso a silenciarnos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Esa
forma de control, que es control social y tiene escalas que nos miden desde la
más pura violencia o coacción autoritaria hasta las normas sociales más
elementales, pasando por el adoctrinamiento que se realiza desde los medios de
comunicación y la propaganda, los comportamientos generalmente aceptados o los
usos y costumbres que conforman el sistema informal de creencias que en algunos
casos se convierten en generadores de prejuicios, no deja de ser en cierto modo
argamasa social, cemento en las relaciones. Eso, que inicialmente va contra
nuestra libertad, termina siendo exigido en muchos casos como elemento básico
de la relación social. Es, claramente, un juego de tensiones. Lo que me permito
pensar, lo que la sociedad espera que piense, lo que calculo que debería
pensar, lo que realmente pienso…</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>¿Dónde
pones tu <i>nihil obstat</i>? ¿Hasta dónde eres capaz de permitirte tus
opiniones? ¿Actúas con absoluta libertad? Al hilo de una actividad que en algún
centro educativo de aquí de León se iba a realizar para visibilizar la
necesidad de seguir educando en la igualdad real y efectiva entre hombres y
mujeres, surgió una polémica que no te cuento porque no hace al caso, pero que
me lleva a pensar que hay personas que en su idea de lo que es correcto no se
permiten entender que haya otras personas que piensan diferente y parece como
si hubiese una necesidad de otorgar el beneplácito incondicional a propuestas
que no admiten lo contrario. Es verdad que nos movemos en el proceloso mar de
los símbolos, que la interpretación de los gestos está más en el que percibe
que en quien interpreta, pero es muy difícil alcanzar acuerdos con quienes ya
tienen la verdad antes de empezar a hablar.</span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El control es en cierto
modo "enfermizo" porque nunca es total. La vida es imprevisible.</span><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Es
eso. Es saber que nunca vas a poder cerrarlo todo, que siempre queda algo
abierto, pero es que es así y eso no va a cambiar nunca. La calma no está en el
control, sino en la confianza. </span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-72196903663373485122024-03-01T07:50:00.000-08:002024-03-01T07:50:01.393-08:00Sine die. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1709292543372/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-84662909740943124572024-03-01T07:49:00.000-08:002024-03-01T07:49:23.562-08:00Sine die. (En Hoy por Hoy León, 1 de marzo de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Ayer
estuvimos por Astorga. Una mañana fría y una tarde extraña de ventisca y sol y
grises y azules profundos. Por la mañana, en la carretera, en el decorado del
cielo se recortaba el Teleno, que enseñaba su melena blanca. Conmigo, hablando
de la altitud relativa de las montañas, viajaba en el coche un mallorquín también
de melena blanca y desmadejada, como la del Teleno; la melena desmadejada del
invierno que va y viene, la melena que podría ser melena de campana si es que
me dejas exagerar las cosas; campana que llama a concejo, campana de encuentro,
de reunión; en este caso, reunión de maestros, de gente de la escuela. El
mallorquín, al frente.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Estuvimos
en Astorga hablando de convivencia en la educación, compartiendo experiencias,
“llenando mochilas”, que se dijo. Fue un tiempo amable, esa palabra tan
valiosa: quizá la que yo escogería si me preguntaras por la palabra que me
llega. Amable, más que amabilidad, porque lo amable, lo digno de amor, lo que
vale la pena amar es lo que tienes delante, la realidad que disfrutas. Por el
contrario, la amabilidad es solo una hipótesis, una posibilidad o, como mucho,
un modo de hacer, no eso que haces. Y lo que haces es lo que importa; por eso elijo
lo amable y no tanto la amabilidad.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Hablábamos
de separar las conductas por un lado y las personas por otro, de evitar
juicios, nominaciones. Una conducta indeseable o inadecuada no hace de la
persona que la realiza una persona indeseable o inadecuada, como realizar un
acto amable no le asegura al actor la condición de persona amable. La clave,
creo yo, se encuentra en el territorio de la emoción, porque esa es la red que
teje nuestra vida y las emociones no admiten juicio, porque son íntimas,
privadas, y nos explican en la totalidad de lo que somos, aunque me parece que
a menudo no sabemos reconocerlas o no encontramos el modo de hacerlo o no nos queremos
permitir ese reconocimiento, porque esa emoción que sentimos va contra algo que
no podemos cambiar, algo que nos ha costado construir: el espacio de seguridad
en el que vamos acorazando, a medida que pasan los años, el inseguro cascarón
íntimo de la verdad de lo que somos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Somos
emoción. Por eso ese estrés tuyo es también emoción, es “e” de energía y es moción,
“acción y efecto de mover o ser movido”, energía que se mueve. El problema de
tu estrés es que esa energía que se mueve lo hace siempre en el mismo circuito
cerrado que hay en tus tejidos, de manera que es esa tensión la que se te
agolpa en la espalda, en la mandíbula, en el malestar absurdo que te abraza </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">sine
die. </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Y vas aplazando la oportunidad de dejar que esa energía se mueva en
otros círculos. Es una idea sencilla: si soy emoción, mi emoción tiene que ser
emoción compartida. Solo si entiendo el hecho de convivir con una pequeña pausa
—“con vivir”— adquiero la dimensión humana que me libera. Vivo en la medida que
vivo con los otros, con quienes elijo vivir y con quienes viven conmigo, aunque
no sean de mi elección. Y eso vale, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">sine die</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, para la escuela.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-27240308166554608812024-03-01T07:46:00.000-08:002024-03-01T07:46:51.224-08:00Modus operandi. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1708696322623/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-34843642408462077402024-03-01T07:45:00.000-08:002024-03-01T07:45:50.712-08:00Modus operandi. (En Hoy por Hoy León, 23 de febrero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Cuando
se hace una denuncia deben darse todos los detalles que se conocen sobre el
hecho denunciado. Si no lo hacemos así, podemos caer en la caricatura de Gila
en ese monólogo suyo en el que dice que detuvo a un asesino con indirectas:
“alguien ha matado a alguien y no me gusta señalar”. Por eso digo que, si
denunciamos un hecho, no basta con decir que “alguien es un asesino y no lo
quiero decir”, porque la mayoría de los asesinos no suelen ser tan sensibles
como el del monólogo de Gila y aguantan las indirectas sin inmutarse.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Te
cuento esto porque en los aseos de una Facultad de la Universidad de León hay
un cartel en el que se puede leer que “de seguir produciéndose el robo del
papel higiénico” dejará de reponerse, con el consiguiente perjuicio para los
demás compañeros. Te lo traigo al comentario de hoy y hago la salvedad de las
denuncias porque supongo que debería decir con todo detalle de qué Facultad se
trata y eso quizá añadiese un plus a la cuestión porque, imagínate que se
tratase de la Facultad de Educación, ¿no entraríamos a valorar el hecho de la
falta de educación en los futuros educadores? Y si se tratase de la Facultad de
Derecho, ¿no tendríamos un caso de violación de los derechos de los demás, el
más elemental derecho a la dignidad y al aseo?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Imagino
el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">modus operandi</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> de los futuros graduados, actuales ladrones de rollos
de papel: un sencillo entrar con la mochila vacía y salir con ella llena cuando
nadie mira. Un hecho que, para que el Decanato se haya visto en la necesidad de
colocar un aviso semejante, debe producirse día tras día y de una manera
sistemática. Pienso en la escasa complejidad de este acto de pillaje y me
pregunto si la acción de guardar en el bolsillo una comisión por la compra de,
pongamos por caso, unas mascarillas cuando nadie tiene y todo el mundo las
necesita, es equiparable moralmente al robo del rollo de papel. Pienso que solo
hay una cuestión de grado que diferencie una conducta de la otra, que el hecho
es el mismo y que consiste en aprovecharse de una necesidad de todos para un
beneficio privado que además se obtiene de forma ilícita. Esa línea de lo
ilícito es la que se desdibuja. Algo así como que privar a los demás del papel
higiénico o forzar a la Facultad a que realice un gasto mayor del debido para
no comprarlo uno es lo mismo que forzar al Ministerio a pagar de más por esas
mascarillas que aparecieron de la nada en los primeros días de la pandemia a
precios escandalosos quizá para comprarse uno un par de pisos o lo que sea que
a uno le venga bien. Esa línea es muy turbia y debería ser muy clara: lo que es
de todos debe protegerse más aún que lo que es de uno, o terminaremos
peleándonos por las mascarillas y luchando cada uno por su trozo de papel
higiénico. Habíamos pensado que el bien público se sostenía en las ideas de solidaridad,
equidad y justicia y resulta que igual el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">modus operandi</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> es que cada uno
corra por donde pueda. ¡Una pena, por no decir otra cosa más cercana al papel
higiénico!</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-88702400375002598732024-02-16T08:25:00.000-08:002024-02-16T08:25:27.386-08:00Ars longa, vita brevis. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1708082880660/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-35149853984407623472024-02-16T08:24:00.000-08:002024-02-16T08:24:39.872-08:00Ars longa, vita brevis. (En Hoy por Hoy León, 16 de febrero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Desde
la ventana de la oficina se ve una pared desconchada que recoge pintadas
diversas, garabatos sin sentido para mí que los miro sin más atención del que
advierte un fondo difuso detrás de lo que mira, que normalmente es nada, una
mirada vacía a través del cristal para airear una conversación, una ojeada
curiosa para saber si llueve mucho, un despejar la cabeza fuera de la pantalla
del ordenador. Entre las pintadas me parece que hay una que reza: “Sindie”;
así, sin más mensaje, que uno no sabe si es que hay una Sindie que es
importante para alguien o es que es la propia Sindie que quiere dejar en la
pared su firma de espray o es que alguien quería poner algún otro mensaje y se
quedó en ese Sindie misterioso escrito sin ninguna gracia.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Entiendo,
aunque no comparto, la motivación del grafitero, la peculiaridad de cada firma,
la idea de generar lo que en el argot se llama “</span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">crew</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">”, un grupo de
jóvenes que colaboran con la misma firma y que elaboran grafitis que pueden
desde alguna perspectiva entenderse como arte. No hace falta hablar de Banksy o
el mítico Muelle; aquí tenemos grafiteros como David Esteban o el gran Dr.
Hofmann que sin duda expresan esta idea de arte en la calle, la incuestionable
esencia de la transformación a través del grafiti. Aquí no tengo dudas. Creo
que cuando estos artistas pintan, el producto es una obra de arte. Me cuesta
más el punto de partida, el grafiti que se queda en la repetición obsesiva de
la firma: esos vagones de tren tapiados de letras unas encima de otras. Fíjate
que digo que me cuesta, pero no con un rechazo frontal y eso que supongo que
RENFE dedicará un presupuesto importante al repintado de vagones. Tanto que he
visto muchos vagones de tren que ya asumen su condición de lienzo grafitero y
se pasean con sus firmas en un acto de renuncia o de conciliación, no sabría
decirte.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><span> </span>El “</span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">punch</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">” del
grafitero es lo que me interesa. El golpe de atención en la mirada del que pasa,
la necesidad de expresar una rebeldía que asociamos de manera inmediata a la
adolescencia o a la juventud. Ese grito, que yo no sé qué significa, ese
“Sindie” puesto delante de mis ojos en la pared que se ve desde la ventana de
la oficina me invita a imaginar historias; la primera siempre es una historia
de amor, pero hay otras y pienso hasta en un insulto, una forma de menospreciar
a alguien o un lenguaje oculto, una clave para concertar una cita clandestina.
El caso es que ahí está escrito todo aquello y yo sigo viendo esa palabra por
encima de todas las demás y, claro, no sé qué pasará cuando haya que quitar esas
pintadas de la fachada. Muy enfadados estaban mis amigos del café de los
sábados con la ordenanza de limpieza y residuos que obligaba al propietario o
persona responsable del inmueble objeto de pintadas a restituirlo a su estado
original. Estarán más calmados ahora que ya saben que no va a ser así o al
menos no del todo así. En fin, </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">ars longa, vita brevis</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">. A lo mejor Sindie
sabe que el arte es largo y la vida breve, que el arte y la ciencia no son lo
inmediato y no caben en una vida.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-12181785099426035852024-02-09T11:28:00.001-08:002024-02-09T11:28:46.319-08:00Ubi sunt. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1707483665002/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-14309444684477209952024-02-09T11:28:00.000-08:002024-02-09T11:28:06.141-08:00Ubi sunt. (Hoy por Hoy León, 9 de febrero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>¿Dónde
están quienes vivieron antes que nosotros?, dirán quienes nos sobrevivan. ¿Dónde
están esos que nos legaron una vida tan extraña?, clamarán tal vez. ¿En qué
momento de la historia se ha consumido el género humano y se ha deshecho en estantes
de papel empapado por el agua y el fuego de la naturaleza despreciada? </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">¡Qué
descansada vida la del que huye del mundanal ruido! </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Y qué feroz la
exigencia diaria del pantanoso bullicio que nos acompaña, cada vez más
separados de la vida en la naturaleza, cada vez más lejos del contacto de la
piel, cada día más inmersos en nuestro mundo fatal de ideas y deseos que se
consuman en tardes de concurso de televisión, en programas de tele realidad aumentada
por los guionistas que alimentan el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">show</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> y lo convierten en ficción con
aire de autenticidad; en partidos de fútbol que se suceden y se apilan en las
teles de pago; en paseos</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">de centro
comercial; en bares cada vez más estandarizados en decoraciones y parroquias.
¿Qué hay de nosotros? ¿Dónde estamos?, preguntarán quienes nos sucedan y me ha
dado a mí por preguntarme hoy.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>No
te voy a decir que te apuntes a la “vida retirada” y te animes a seguir </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">la
escondida / senda, por donde han ido / los pocos sabios que en el mundo han
sido</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, pero sí me apetece compartir contigo una pregunta que me he hecho
esta mañana: ¿cuánto tiempo hace que no pisas tierra? Quiero decir algo que no
sea artificial, quiero decir tierra, tierra, auténtica tierra. Yo no sabría
decirte, porque en los parques voy por los paseos generalmente de cemento o
piedras y si piso el césped, algo que procuro evitar, siento que piso un suelo
de porcelana verde, una construcción humana más.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Te
estarás dando cuenta de que todo esto te lo digo por los tractores, que es esa
imagen de las enormes ruedas de esas soberbias máquinas pensadas para transitar
la tierra más pura aplastándose en el alquitrán de las avenidas de la ciudad la
que me hizo pensar de este modo. Lo vi claro el martes cuando me encontré con
ellos en el Paseo de la Condesa en su camino hacia Guzmán. Me di cuenta de lo
artificial de algunos árboles del parque, traídos quién sabe de dónde con esa
intención estrictamente ornamental. Comprendí lo antinatural de nuestra vida en
el ruido de las bocinas de aquellos vehículos impresionantes que gritaban que
su ruina sería nuestra hambre. ¿Dónde están quienes vivieron antes que
nosotros? ¿Ubi sunt?</span></p><p><i style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><span> </span>Del
monte en la ladera / por mi mano plantado tengo un huerto, / que con la
primavera / de bella flor cubierto / ya muestra en esperanza el fruto cierto. </span></i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Un
fraile llamado de León, un tal Luis, escribía estos versos que me vinieron a la
cabeza con el bullicio de la manifestación y el elogio del ruido y pensé que
tenía que venir a contártelo, porque me parece urgente entender que quienes
venden los tomates no son quienes los cuidan en las tomateras, sino quienes los
inventan para los supermercados y en ese juego hay tantos actores que me cuesta
saber cómo termina la tragedia.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-8540028906593452812024-02-02T08:03:00.001-08:002024-02-02T08:03:59.045-08:00Romani ite domum. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1706879191921/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-40388094650770201782024-02-02T08:03:00.000-08:002024-02-02T08:03:14.948-08:00Romani ite domun, (En Hoy por Hoy León, 2 de febrero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Hay
una escena en “La vida de Bryan” en la que el joven Bryan tiene que hacer una
pintada en el palacio de Poncio Pilatos para poder ingresar en el Frente
Popular de Judea. Una prueba de valor exigida por sus futuros compañeros que
luchan contra el poder imperial del invasor. En la caricatura, Bryan, amparado
por el sigilo de la noche, escribe de forma inadecuada el mensaje: “Romanos,
marchaos a casa”. Esa es la cosa, que se vayan los romanos, porque ¿qué han
hecho por nosotros? Ya ves, poca cosa, el acueducto y el alcantarillado. Y las
calzadas. La irrigación, la sanidad, la enseñanza, el vino, los baños públicos,
el orden público. </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Bueno, pero aparte del
alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la
irrigación, las carreteras y los baños públicos, ¿qué han hecho los romanos por
nosotros?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Esa
es una buena pregunta, ¿qué han hecho por nosotros los romanos? Y no estoy
hablando de los romanos de Roma, sino todo lo que se representa en la metáfora
del “ser romano” entendido por colonizador, invasor, dominador, así es que por
supuesto: romanos, a casa, porque ni el alcantarillado, la sanidad, la
enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños
públicos son suficientes para compensar la invasión, por muy buenos que sean y
por muy agradable que nos hagan la vida. En la tentación de interpretar qué es
hoy el alcantarillado y todo lo demás veo claro el dedo en el móvil, la vida a
punta de pantalla y de clic de ratón, un reino de jauja en el que todo es
bienestar, riqueza y bonanza. Pero toda esa bondad tiene una cara oscura, un
coste inaceptable que ningún miembro del Frente Popular de Judea está dispuesto
a consentir. La inaceptable ocupación de nuestra identidad. Así es que, como
Bryan, escribiremos mil veces por orden del centurión: </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">romani ite domum.</i></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Ciertamente nos quedaremos con las
alcantarillas y todo lo demás, porque están aquí y son nuestras, pero no
podemos perder la identidad. Nos hablaba el miércoles Lolita en el Auditorio
Ciudad de León de eso, de la identidad —de la identidad y de la libertad— y
volaba por las tablas del escenario el fantasma de otro modo de dominación más
allá de la opresión de Bernarda Alba, el fantasma de “Pepe el Romano”
paseándose por la memoria y el vientre de las mujeres que no estuvieron en la
escena. Solo la criada. Solo la presencia de Poncia en el cuerpo y la voz de
Lolita apagando las toses perpetuas del respetable. Y es ahí cuando piensas que
vale la pena dormir un ratito —un minuto, un año, un siglo— porque la dignidad
está a salvo pase lo que pase con todos los romanos, se llamen Pepe o Poncio
Pilatos.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><span> </span>Y la otra cuestión que
hay en la escena de La vida de Bryan de la que te hablo es la de la
comunicación, la de la importancia de poder entender a otras personas que viven
en otras alcantarillas, personas que escriben con corrección el </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">romani ite
domum</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">, pero que nos entienden si decimos </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">romanes eunt domus</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;">. Identidad
compartida, humanidad.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-24255315630170346622024-01-28T09:02:00.001-08:002024-01-28T09:02:46.996-08:00Casus belli. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1705668961247/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-76308784083751684592024-01-28T09:02:00.000-08:002024-01-28T09:02:02.722-08:00Casus belli. (En Hoy por Hoy León, 26 de enero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Hoy
déjame que me recoja más que otros días en pensamientos íntimos, en emociones
señaladas por la fecha, una fecha que probablemente no te diga nada, pero que a
mí me sitúa en uno de los momentos decisivos de mi vida. No hoy. Hoy lo mío ya
no tiene remedio, sino en un día de hace un cuarto de siglo, cuando se acababa
el veinte, un día determinante cuyo eco todavía hoy no he sabido integrar bien.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Nos
pasa eso; que en el momento en el que están sucediendo las cosas, el rodillo de
los quehaceres no nos deja perspectiva y después ya todo tiene un pasar que es
válido para nuestra propia conciencia; capaz de justificar cualquier cosa. No
es que yo ese día de hace un cuarto de siglo pudiera haber hecho algo distinto
de lo que hice. También es esa otra verdad, que la inercia de lo que pasa nos
lleva tan de la mano que se nos olvida que somos nosotros quienes tomamos las
decisiones que construyen nuestra vida. Lo otro, lo que nos viene dado, lo
inamovible que viene de fuera, es tan “lo otro” que, aunque nos determine, no
nos afecta al nivel de lo que yo te estoy proponiendo; la intimidad de tus
sentimientos, la privacidad máxima de tus emociones, la determinación interna
en la acción. Es una idea que no sé por qué me hace ahora tanto ruido en mis
pensamientos: la transformación del mundo es íntima.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Me
vas a decir que me he vuelto excesivamente contemporizador, que eso que digo es
un modo de justificar lo que hay e ir contra la posibilidad de construir un
mundo más justo; sé que me lo vas a decir porque tengo la cualidad de leer el
pensamiento y porque tengo el maravilloso don de la equivocación y la poderosa
fuerza de la negación de toda causa sustentada en el dogma. Eso que nos podría
haber hecho discutir. El motivo para hacer la guerra siempre tiene presencia en
la realidad; la razón de todo tu enfado es tan poderosa como mi incapacidad
para gestionarlo, como mi justificación de inocencia, como mi sentimiento
íntimo de ser víctima y victimario en la misma emoción.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Podemos
encontrar </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">casus belli </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">en todo lo que respiramos y seguramente tendremos
razón, como la tienes tú en el modo en el que me ignoras, la manera en la que,
a estas alturas del comentario, ya estás pensando en las croquetas que vas a
freír para comer, o quizá vayas a hacer un guiso o a desenterrar amargos
rencores en el aperitivo o preparar dulces recuerdos para el postre. Ya tus
pensamientos —sigo leyéndolos— se han desentendido absolutamente de mis
palabras y vagan por un misterioso mar de imaginaciones; que no problemas. Ese
vacío informe de tu imaginación es el territorio oportuno de la revolución, si
no dejas que te venzan esas nubes negras que te rodean. Esa intimidad es la que
va a cambiar el mundo. Y no sé por qué te digo todo esto, porque te prometo que
yo te quería hablar de la prohibición de los móviles en la escuela; a lo mejor
es porque, en lo más íntimo de mis pensamientos, sé que es una medida
impracticable.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-31385929579645610572024-01-19T08:21:00.001-08:002024-01-19T08:21:47.198-08:00Tempus fugit. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1705668961247/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-54940007358214846092024-01-19T08:21:00.000-08:002024-01-19T08:21:02.568-08:00Tempus fugit. (En Hoy por Hoy León 19 de enero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Estoy
viendo un reloj de arena negra al que se le da la vuelta para marcar la
duración máxima de una conversación o para establecer el mínimo que debes
dedicar a alguna tarea, un reloj de media hora. También veo ese de mayor urgencia,
el que se usa en los juegos de mesa y te da uno, dos, tres minutos como máximo
para realizar una prueba o para contestar a unas preguntas. Un tiempo tasado,
un tiempo urgido, un tiempo que pasa literalmente por delante de tus ojos, un tiempo
en tus manos que se desgrana de forma continua siempre a la misma velocidad,
aunque haya un efecto ilusorio que te hace pensar que los últimos granos de
arena caen mucho más deprisa que los primeros.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Lo
veo en un semáforo de la Plaza de Guzmán cada mañana. Una cuenta atrás en rojo
hasta que se permite el paso de los peatones; los números marcan los segundos
que se te están yendo en la espera: quince, catorce, trece. Segundos en tus
ojos escapando en la mañana mientras esperas los números en verde que ya no te
detienes a contar. El tiempo es eso que está pasando contigo por el paso de
peatones y luego más allá, ese flujo permanente de granos de arena que van
pasando de la parte de arriba a la parte de abajo del reloj. </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Tempus fugit</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Es
“como el agua, ay, como el agua” que te arrasa en su fluir y te incomoda si te
opones a ella, pero se acomoda a ti si te dejas llevar. Me gusta pensar que del
mismo modo el tiempo te arrastra y te hace sufrir si te rebelas contra él, pero
te acuna si lo abrazas y aceptas su flujo, de manera que esos segundos, esos
meses, esos años que vas llevando en cuenta no son nada salvo granos de un
reloj de arena que se puede detener sencillamente dándole la vuelta. Y no estoy
hablando de quitarse las arrugas o de ponerse pelo en la calva, que eso es
oportuno para quien le parezca oportuno, pero no es detener el tiempo. Detener
el tiempo en tus manos es conseguir un equilibrio perfecto en el reloj de arena
en el que nada se mueve, un equilibrio que te llega con la consciencia plena de
hacer en cada momento lo que haces: “cuando como, como y cuando duermo, duermo”.
El tiempo te señala cifras en momentos señalados porque la vida son señales. Y
ese deseo tuyo cuando soplas las velas de la tarta está tan en tus manos como
todo lo demás. Estirarse la piel y quitarse las manchas puede ser un modo de
acelerar tu lucha contra el tiempo. O un modo de entenderte con él, que no es
ese el tema. La cuestión es la consciencia, el hecho de mirar los segundos en
el semáforo con la conciencia de que ese momento de mi vida es tan mío y tan
perfecto como ese otro de cerrar los ojos y soplar las velas en la tarta de
cumpleaños. El tiempo se va, sí, claro que se va.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>La
vida es un hilo de lana enredado en una madeja. El tiempo es el devanador, el
instrumento con el que vas entresacando la lana con la que tejes tu historia,
pero no hace falta devanarse los sesos —esos están bien así de enredados—. Lo
que cuenta es la atención y el cuidado con el que tiras de la hebra.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-16794635917542055482024-01-12T13:21:00.000-08:002024-01-12T13:21:37.418-08:00Non vitae, sed scholae. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1705065157459/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-3214242711239330742024-01-12T13:20:00.000-08:002024-01-12T13:20:38.324-08:00Non vitae, sed scholae. (En Hoy por Hoy León, 12 de enero de 2024)<p> <span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Así
es que ya has visto que han venido los Reyes justo al poco tiempo de venir los
Reyes. Y han venido a hacer entrega del premio de la Fundación Princesa de
Girona a la escuela del año 2022 a una escuela pública de León, un Colegio de
Infantil y Primaria que trabaja con alumnado en su mayoría —vamos a poner el
eufemismo— en situación de vulnerabilidad socio educativa. El colegio es el
Gúmer, el Gumersindo Azcárate, en el barrio de Armunia, a dos pasos de
Michaisa, en la paralela a la avenida del Doctor Fleming, a la espalda de una
mezquita y cerca de uno de los salones “del culto” de León. Un colegio de
colores desde el que casi se puede ver el esqueleto de la azucarera y se oyen
pasar lejanos los trenes que en otro tiempo impulsaron la vida del barrio. No
sé si te acuerdas, pero hace unos años, cuando pusieron en marcha la
experiencia por la que hoy reciben este reconocimiento tan especial, hubo aquí,
en este espacio de la radio, unas palabras de admiración por lo que estaban
haciendo. El artículo se titulaba </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Como una avispa en un bote </i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">y es de
marzo de dos mil dieciocho. Al releerlo esta tarde y ver todo ese tiempo que ha
pasado me he escondido en las caras de esos muchachos que entonces estaban en
sexto de primaria y que hoy deberían estar en segundo de bachillerato. ¿Cuántos
de ellos han llegado? ¿Qué les ha pasado por el camino si es que no lo han
hecho?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Fíjate
que, aún en el improbable caso de que ninguno estuviera hoy en bachillerato, lo
que vi aquella tarde de marzo del dieciocho para mí seguiría teniendo el valor
que entonces le di, el valor excepcional que le ha dado la fundación que
distingue a la escuela del año y que en dos mil veintidós reconoció al Gúmer
como tal por todo lo que habían estado haciendo. Es el eterno tema de la
educación: ¿qué perseguimos cuando educamos?</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt;"><span> </span>Séneca escribió que no aprendemos
para la vida, sino para la escuela y lo escribía ya entonces en tono de queja. La
escuela es un monstruo que se fagocita a sí mismo, un ogro en el que nos
encerramos desde los tres años y que nos exige más o menos durante otros quince
que satisfagamos sus exigencias académicas, mirándose el ombligo de la
sabiduría. Escuela que enseña para la escuela. A esa frase de Séneca que te
decía se le ha querido dar la vuelta en tiempos actuales, valorando el hecho de
aprender para la vida y no para la propia escuela. Yo creo que eso es lo que
está en la base de todo esto que decimos ahora que es el aprendizaje
competencial, educar para que el alumnado adquiera competencias, capacidades
que le hagan competente en el arte de la vida. El problema sigue siendo, me
parece, que para aprender para la vida hace falta que alguien sepa qué es la
vida. ¿Qué es la vida? Pues ya sabes, Segismundo, una ilusión, una sombra, una
ficción. Y en todo caso, un frenesí. Esa es la competencia más clave de todas;
entender la vida en un frenesí, un arrebato que nos separa del alimento
masticado y repetido lección tras lección hasta rematar la página de los días.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-3393050363969067202024-01-05T09:04:00.000-08:002024-01-05T09:04:08.482-08:00Carpe diem. (Audio)<p>En este <a href="https://cadenaser.com/podcast/radio-leon/hoy-por-hoy-leon/hoy-por-hoy-leon-la-columna-de-rafa-gallego/2949/">enlace </a>tienes acceso al audio del artículo.</p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-34828490504455948992024-01-05T09:02:00.000-08:002024-01-05T09:02:43.550-08:00Carpe diem. (En Hoy por Hoy León, 5 de enero de 2024)<p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>No
veo mejor momento que este para colocar el tópico. Empieza el año y más allá de
metas y propósitos me parece que hay un cierto impulso de cambio, una idea
difusa de tiempo renovado, de vida nueva, por mucho que nos digamos que se
trata de una convención, que la medida del tiempo es caprichosa y que no
significa nada que esta sea la primera semana de enero. Es más, lo entendemos de
alguna manera como un engorro, como que esta es una semana que cuelga de las
navidades en un extra latino, porque, en el mundo anglosajón que nos han
impuesto, esto de los Reyes Magos es una impostura. Pero tienes que reconocerte
que hay una mariposa andándote todavía por alguna arteria, que sientes la
novedad de los días, que ves con esperanza todo lo que queda por estrenar en
este dos mil veinticuatro. Y la mariposa te asaltará especialmente esta noche,
que sabes que es una noche mágica, la noche del oro, el incienso y la mirra. Los
tres aspectos reales del poder: un rey, un dios, un hombre.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Por
eso el tópico: </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">carpe diem</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, abraza el día, afronta el año con la
convicción de que vivir el momento es la única forma sensata de vivir. </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Carpe
diem</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">, vive el momento porque todo se desvanece, vive el momento porque el
futuro está siempre por llegar. Como al parecer nos dice ese poeta americano del
que hablan en </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">El club de los poetas muertos</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">: “disfruta el pánico que
provoca tener la vida por delante”. La vida por delante, la magia de la vida,
su inmediatez. Hazte ese regalo, deja que te llegue, pero no esperes a mañana
por muy mágica que hoy sea la noche. Ahora es el momento, justo ahora que ha
terminado la lavadora y tienes que salir a tender la ropa, ahora que tienes que
quitar la grasa de la campana de la cocina es el tiempo exacto de la magia, la
que te convierte en ti mismo cuando tomas conciencia de ello. Eso es vivir el
momento, atrapar el día.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Parece
que la noche del martes al miércoles tuvo lugar el perihelio de este año, el día
en el que la tierra ha estado más cerca del sol, lo que la ha llevado a sufrir
una aceleración que quizá no hayas notado, pero que ha sido la mayor del año.
Todas esas prisas no tenían que ver contigo, era cosa del perihelio y tú te
pensabas que es que no llegabas a tiempo con la lavadora y con la campana y con
la cena de esta noche y la comida de mañana y con los regalos y con cuatro
cosas del trabajo y con la tos y los mocos de la gripe y resulta que te creías
que eras tú que no llegabas y lo que te pasaba es que la tierra está en el
perihelio. Y tú, sin saberlo, te olvidas del </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">carpe diem</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"> y piensas en
todo lo que queda por hacer; te sales de tu día y sientes un agobio que no es
tuyo: lo por hacer, ese concepto que te aparta de la única realidad que tienes,
lo que haces.</span></p><p><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span> </span>Lo
que haces te da sentido, pero no te aceleres, no te vayas a pensar que esa
urgencia te da vida, que lo que haga la tierra con sus movimientos es cosa suya,
porque lo que cuenta para ti es tu temblor y no su aceleración. Y tu temblor es
la verdadera vida.</span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-86103421327351374462023-12-29T10:15:00.000-08:002023-12-29T10:15:13.255-08:00In vino veritas. (Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1703850444073/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-61190804310283799182023-12-29T09:30:00.000-08:002023-12-29T09:30:04.161-08:00In vino veritas. (En Hoy por Hoy León, 29 de diciembre de 2023)<p style="text-align: left; text-indent: 0px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="line-height: 21.466665px;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; font-style: italic; line-height: 21.466665px;">In vino veritas. </span></span><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 21.466665px; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">Lo habrás oído cientos de veces. En el vino está la verdad, o dicho de otro modo, cuando el alcohol rebaja los filtros con los que controlamos nuestros pensamientos, se abren paso ideas que no nos permitimos pero que no es que sean verdad, sino que expresan lo que verdaderamente pensamos. Hay una diferencia que importa en ese sentido: no es que los borrachos digan la verdad, es que no se autocensuran cuando hablan y dicen la verdad de lo que piensan, pero esa no es la verdad, claro.</span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 16.866667px; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 21.466665px;">Hay otro modo de leer la cita de Plinio menos literal que me gusta para este artículo de fin de año. Quizá lo que quería decir no es que sea preciso el vino para que aparezca la verdad, sino que la verdad está más en la irracionalidad que en la propia razón, que el vino es una metáfora, una reivindicación de lo dionisíaco frente a lo apolíneo. Y lo dionisíaco es esa parte que mantenemos escondida tras la raya de lo racional, esa parte que soltamos cuando rompemos los filtros y dejamos que aparezca el genio de la lámpara que llevamos dentro. Esto del genio de la lámpara es muy de la tradición oriental y me viene a la cabeza una de las famosas <i>Cuartetas Persas</i> de Umar Jayyam: lo más cuerdo es buscar dicha en el vino, / sin pensar en el hoy ni en el ayer; / librar de la razón al alma nuestra, / prestada, y que se queja en su prisión.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 16.866667px; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 21.466665px;">No se trata, creo yo, de lanzarse al vino, es más bien el impulso de liberación del alma prisionera de sus propias trabas, grilletes feroces que nos colocamos en la convicción de que es más valioso lo correcto que lo verdadero; lo que debe ser, frente a lo que es.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 16.866667px; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 21.466665px;">Venía ayer hacia León recordando una vieja historia de una alumna que quiso renunciar a su tradición cultural porque se sentía oprimida y quería elegir una vida distinta a la que su familia le imponía; se batían en duelo el ser y el deber ser y el deber ser de ellos y nuestro propio deber ser. El impulso resolvió aquel dilema y fue la propia muchacha quien tomó sus decisiones. Cada vez que racionalizo todo aquello mis pensamientos me conducen a un error. Por eso creo que es muy posible que sea correcto todo lo que ocurrió, pero que, de no serlo, en cualquier caso, es lo que ocurrió y es esa verdad lo único que cuenta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="-webkit-text-size-adjust: auto; font-family: Calibri, sans-serif; font-size: 11pt; line-height: 16.866667px; margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 14pt; line-height: 21.466665px;">Tenía en la cabeza proponerte un juego con la idea de que en el vino está la verdad. Se me ocurría decirte que te atrevas a pensar en qué puedes encontrar la verdad. Te doy ideas: en el abrazo ciego de un niño que se te cuelga del cuello; en las lágrimas de una muchacha que acaba de dejar a su abuela cenando sola el día de Nochebuena; en la niebla que envuelve el mundo como un celofán para hacerlo regalo; en la sencillez de un villancico cantado a coro en una capilla desnuda de ceremonia; en el sonido de tu voz que me calma, porque todo es como debe. Te deseo un 2024 pleno de verdad.<o:p></o:p></span></p>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1166205580544800851.post-12790052609894462022023-12-22T13:06:00.000-08:002023-12-22T13:06:29.584-08:00In albis.(Audio)<p> </p><iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1702640849083/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>Quelevanteldedohttp://www.blogger.com/profile/10896786939760901070noreply@blogger.com0