Buscar este blog

domingo, 10 de marzo de 2013

Parotiditis y muerte de espermatogonias. (Para Hoy por Hoy León, 8 de marzo de 2013. No se emitió por coincidir con el pleno de la moción de censura en Ponferrada).


Hemos oído que un ministro defiende que no se debe proteger el matrimonio gay del mismo modo que el "matrimonio natural"(¿?) ya que la pervivencia de la especie no estaría garantizada. Me gustaría celebrar hoy el día Internacional de la Mujer, así es que me va a permitir el señor ministro que disienta porque, bajo su crítica al matrimonio gay, subyace una inaceptable concepción de la mujer. La pervivencia de la especie nunca estaría garantizada, por mucho que la procreación pudiera convertirse en objeto de todo matrimonio.

La contribución de la mujer a la pervivencia de la especie gravita más en factores evolutivos ligados a la cultura que en su mero papel biológico. Es bobada decir que la mujer es la clave de la transmisión de la cadena de la vida, por su evidencia, de la misma forma que es evidente que la transmisión de la cultura, eso que nos ha ido diferenciando de los otros animales, es obra de la mujer. ¡Ya, ya! Me van a decir que no es comparable en la historia el número de escritores frente al de escritoras, ni el de investigadores frente a investigadoras o el de pintores, músicos, filósofos, incluso el de presidentes de consejos de administración. Lo sé, sé que la cultura objetiva ha estado dominada por los hombres de sexo masculino (o género, debería dar igual cómo se diga, porque se entiende bien), que han sido los autores de la mayor parte de la producción cultural, pero no se engañen, esa no es la clave en el proceso de evolución. La clave está en la transmisión del conocimiento y todo ese conocimiento que nos ha hecho evolucionar hacia lo que somos, está guardado en las cocinas, en el regazo protector de todas las madres de la historia. Y aún así, a pesar de esta impagable contribución, la pervivencia de la especie sigue sin estar asegurada, señor ministro, porque ser mujer no es lo mismo que ser madre. Es una evidencia, pero parece increíble que en el siglo XXI convenga repetirlo una vez más: mujer no es sinónimo de madre.

Y para celebrar el día de hoy, obviaremos todos los temas de rabiosa actualidad. ¡Más que rabiosa en algún caso! Y les contaré dos historias de rabiosa eternidad. Una habla de violencia de género, por lo que no les voy a dar muchos detalles y la otra sirve para darle título a este artículo.

La primera conecta con la idea que tienen muchos hombres de que las mujeres son responsables de su situación de desigualdad, una coartada. La escuché de boca de una mujer, en una reunión con mayoría aplastante de mujeres. Parece ser que, en cierta familia, el padre pegaba a la madre y el abuelo pegaba a la abuela en una espiral de violencia que se venía sucediendo a lo largo de los años. Algo que, por lo visto, muchos sabían y todos callaban. Para evitar historias como esta es para lo que ADAVAS reclama el dinero que no le ha dado todavía el Ayuntamiento, para lo que pone en marcha sus campañas de prevención. La segunda conecta con la idea que tienen muchos hombres de que la clave para la pervivencia de la especie está en sus testículos, una estupidez. El tema es que saltó una alerta en el móvil de una profesora avisando del aumento en León de casos de paperas. Parece que hay chicos preocupados por si pudieran sufrir esterilidad: según el ministro, ya no valdría la pena que se casaran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario