Este miércoles pasado el
Pabellón Margarita Ramos era un mosaico de colores. Los chicos y chicas que han
participado este curso en las Escuelas Deportivas Municipales dibujaban con sus
camisetas una estampa multicolor de ilusión, orgullo y alegría. La Gala del
Deporte fue un acto sencillo, un acto sin discursos, sin más protocolo que la
energía de Esther Peñalba, quien consiguió un ritmo espectacular en la presentación
de los premios. Gracias a ella, a la dinámica organización y a las exhibiciones
de gimnasia rítmica, capoeira y gimnasia artística, la tarde pudo ser algo más
que un desfile interminable de muchachos y muchachas recogiendo galardones y
posando para la foto del periódico. Desde la grada llegaba el calor en vaharadas
de entusiasmo. Allí estaban apiñados los familiares. Muchos sencillamente
soportaban estoicos todos los rigores de la situación y otros muchos
disfrutaban con la importancia del momento: en ese instante en el que el equipo
en el que ha estado compitiendo su hijo durante el curso recogía el premio, él
era el mejor del mundo, el número uno y ahí estaba, sonriendo a la cámara y
después haciéndose fotos con su monitor o tirándose por el suelo para celebrar
el triunfo como ha visto que hacen los deportistas de élite en la tele.
Las gradas estaban
abarrotadas y las sillas de la pista totalmente ocupadas por los deportistas
que tenían que recoger premios, por lo que había mareas de chicos y chicas
yendo y viniendo como bandadas de pececillos de colores entre las sillas y por
el escenario. En todo el color de la tarde, solo un punto negro: las tres
primeras filas, reservadas para las autoridades y los equipos directivos de los
centros, estaban prácticamente vacías. Escasa representación municipal y nula
presencia de autoridades educativas. No he visto las fotos, pero me imagino que
esto no saldría en los medios, por eso lo cuento, porque me dolió sentir ese
vacío. Me hubiera gustado que todos los centros educativos hubiesen enviado
alguna representación, que por mucho que se tratara de una actividad municipal,
deberían de haber estado presentes las autoridades educativas, porque el
deporte es educación y las Escuelas Deportivas están organizadas en torno a la
Escuela. Yo creo que hay muchos aspectos mejorables en las Escuelas Deportivas,
sin duda, pero el acto del miércoles estuvo bien organizado y es un acto
necesario, porque el hecho de poder hacer deporte ya es un privilegio en sí
mismo, pero es bonito reconocer además a los que destacan. Quizá sería mejor
que todos subiesen al escenario, absolutamente todos, pero eso sería
interminable, aunque sé que a estas edades, y si me apuras a todas, ganar o
perder no es lo importante.
Por eso me extrañó que no
estuvieran las autoridades educativas, quizá ese fuera un fallo en la
organización o una falta de entendimiento. Me pareció una mancha la gran
cantidad de sillas negras vacías en un pabellón a reventar. Precisamente el miércoles anterior en la
Prueba de Competencia Lingüística de la Evaluación de Diagnóstico para alumnado
de 2º de ESO, en uno de los ejercicios se utilizaba un artículo sobre Cristiano
Ronaldo bajo el título “Radiografía del mejor del mundo”. No me digas que esto
no es una auténtica radiografía: sillas vacías en la gala del deporte base y
Ronaldo a todo trapo para ilustrar el examen. ¿Cuál es el modelo que
perseguimos?
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