Buscar este blog

viernes, 27 de diciembre de 2019

Limpieza. (En Hoy por Hoy León, 27 de diciembre de 2019)

Dice Liset, con ese acento suyo tan tropical, que, en su casa, para recibir el año, hacen limpieza general y mueven muebles, limpian azulejos, lavan cortinas. Compran ropa para estar de estreno el día uno y se van a la calle a recibir el año. Dice que no celebran tanto la noche del fin del año, como el día del comienzo del año nuevo, que es una costumbre de su país y que a ella le gusta mucho salir con su familia ese día y encontrarse con otras familias dominicanas para disfrutar juntos de un nuevo comienzo.

Pienso en esa tradición de la limpieza de la casa y te propongo un pequeño juego: trata de hacer una lista de lo que te convendría limpiar. No, ya me conoces, no se trata de limpiar los baños o las persianas del salón. La idea es que hagas un repaso de lo que te sobra, lo que mantienes contigo solo por costumbre o porque es algo de lo que no te atreves a desprenderte. Ahora hay personas expertas en orden a las que uno puede contratar para que le despejen la casa. Hace poco escuchaba a una de estas expertas en una entrevista de la radio y dijo alguna cosa demoledora. Se trataba de responder a preguntas sencillas del tipo: ¿cuántas sartenes tienes? ¿Cuántas usas realmente? ¿Por qué necesitas almacenar todas esas sartenes que nunca vas a usar?

Si haces un repaso mental de lo que materialmente te sobra puede que termines como Diógenes, regalando tu escudilla y viviendo en un tonel, porque es verdad que sobra todo, pero también es verdad que no hace temperatura para vivir en un tonel y que, aunque estrictamente no necesitamos nada, no sabemos cómo sería posible la vida sin algunas cosas. No sé qué lista es más difícil de hacer, creo que esta última, la lista de las cosas que realmente son necesarias, aunque visto de un modo muy radical pudieran también sobrarnos. Por eso la lista de lo que sobra es simple: sobra todo. Ya pero, de lo que sobra, ¿con qué debo quedarme? ¿Cuántas sartenes son estrictamente necesarias?

Si ese repaso mental de lo que sobra lo hiciéramos de lo que no es material, es decir, de las emociones, los sentimientos, las ideas, los deseos ―de todo ese mundo incierto que sabemos que está en nosotros y que nos dibuja―, ¿en qué estás pensando que deberías limpiar? ¡Qué buen ejercicio este! ¡Qué peligroso! Si te pones a limpiar el interior de la única casa que de verdad habitas, corres grandes riesgos. Puede que la aligeres tanto que roces el sentido exacto de la palabra libertad. Es solo que esa condena de la libertad es una puerta a la angustia. Uno vive solo. Todas las sartenes, toda la ropa nueva, todos los deseos y todas las emociones solo sirven para hacerte creer que eso no es así, pero si limpias a fondo, vas a ver que no tiene remedio y que no es tan malo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario