Al margen de la discusión a
raíz de un comentario de un niño en un programa de televisión para quien las
mujeres están “genéticamente preparadas” para limpiar, me parece relevante que
todavía hoy sigamos enredados en polémicas como esta. No quiero añadir más
palabras a la cuestión, porque todos sabemos que no cabe ni una más, que ya
está todo dicho y que es insostenible una opinión así. Solo un banal cliché o
un exabrupto irreflexivo podrían conducir a semejante afirmación. La cuestión
no es el qué, que eso no tiene disputa, sino el hecho de que haya sido un niño
quien lo ha dicho y que se emita en un programa de televisión de una cadena
pública que está oportunamente grabado, con lo que imagino que se podría haber
borrado previamente de un plumazo. Perdona mi ignorancia, pero, como no sigo el
cooking show, puede que sea una barbaridad lo que estoy diciendo y en el
momento que el chaval soltó la frase ya no hubiera manera de quitarla. No tengo
ni idea. ¿A quién podría interesar esta polémica?
El caso es que, si pruebas a
poner “genéticamente preparadas” en Google, te salen dos alusiones a la frasecita
del programa, pero lo que viene detrás habla de barbaridades en relación con lo
que es oportuno que hagan los hombres y lo que corresponde a las mujeres o,
peor aún, sobre cuestiones relativas al color de la piel. En cambio, si pones
“genéticamente preparados”, se habla de que estamos genéticamente preparados
para ser felices, que lo estamos para comer carne y también se habla de eso
para lo que los judíos están genéticamente preparados, pero esa es una cita de
Hitler y no la pienso leer. Quiero decir que la distancia entre el estereotipo
y el fanatismo se recorre en un santiamén y que una sociedad que alimenta
estereotipos es una sociedad que permite que crezcan los fanáticos. Me dirás
que no, que cada uno tiene derecho a pensar lo que le parezca y es verdad, pero
la clave está en pensar. Lo que nos sucede en muchos casos es que nos agarramos
a ideas que nos suenan bien sin tener muy claro que realmente es eso lo que
pensamos. Cualquiera que lo piense un poco sabe que las mujeres no están
preparadas genéticamente para ninguna actividad social distinta de aquellas
para las que pudieran estar preparados los hombres. Desde aquello del gen
egoísta ya nos suena que a los genes lo único que les importa es que el
organismo que los lleva se reproduzca, para poder transmitir a otra generación
su carga informativa heredable, así es que no estamos genéticamente preparados
para nada, porque la clave está en adaptarse al medio lo mejor posible y dejar
huella en la siguiente generación.
Me pregunto si les apretaba
la necesidad de dejar huella a quienes multaron al alcalde de Villamanín por transportar en la parte posterior o caja del
vehículo a ocho personas, todas ellas menores de edad, poniendo o pudiendo
poner en evidente peligro la integridad física de estas personas, siendo
como era evidente que se trataba de los Reyes Magos y su séquito. Igual es que
están genéticamente preparados para hacer cumplir la ley bajo cualquier
circunstancia. Claro que, una vez vista la foto de la carroza, también era
bueno hacer comprender al alcalde que es mejor para la supervivencia de Sus
Majestades llevarlos en coche entre pueblo y pueblo y después subirlos a la susodicha,
que no sufrimos más accidentes desgraciados en este tipo de eventos porque
tenemos unos genes muy sabios y muchísima suerte.
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