A
Pepe le pega mucho decir piscolabis. No me preguntes por qué. Como decía Homer
Simpson, hay tres tipos de hombres en el mundo: los que sabemos contar y los
que no. Lo mismo me pasa con esto, que la humanidad se divide en dos clases de
personas: las que son capaces de preparar un piscolabis y las que organizan un
lunch. Si meto a Pepe en este berenjenal es porque creo que entenderás lo que
quiero decir cuando afirmo que él es una de esas personas que se apuntan al
piscolabis. Y de ahí, vamos más allá.
El
martes, no sé si con o sin piscolabis, se celebró en el Ayuntamiento el
aniversario de la Constitución con un acto muy sencillo, pero muy interesante,
algo más cercano a la filosofía del piscolabis, que a la pompa del lunch. El
núcleo central de la celebración consistió en una disertación del Consejero de
Educación bajo el título “La Constitución y sus enemigos”, una disertación
construida sobre la base de que, tras la crisis, se ha hecho evidente una
realidad, tenebrosa realidad, dijo textualmente, que obliga a ajustar cualquier
política a esos parámetros de realidad, que dentro de eso se pueden hacer unas
u otras cosas, pero que el margen que deja la realidad permite muy pocas
alegrías y que, quienes prometan intangibles más allá de esa realidad están
haciendo promesas que no van a poder cumplir. Seguro que no he resumido bien
las palabras del Consejero, porque es difícil hacerlo en pocas líneas, ya que
expuso muchas ideas interesantes, se compartan o no. No quiero citar a quienes
identificó como enemigos de la Constitución, porque eso es lo de menos en su
análisis, por evidente, por público. Lo revelador es esa renuncia ante la
tenebrosa realidad, la realidad impuesta por la situación económica mundial que
recoloca a Europa y sitúa al Pacífico en el centro del Mapamundi. Tenemos que
aprender que ya no somos el centro del universo, que ese desplazamiento
copernicano afecta no solo al planeta en relación al sol, sino a occidente en
relación a la economía que se desplaza hacia oriente con todo lo que eso
significa. Al frente de la lista PISA de países de la OCDE está Singapur;
Finlandia pierde comba.
Ya,
ya sé que si Castilla y León fuese un país estaría en el séptimo lugar del
mundo. Eso quiere decir que nuestros escolares de 15 años responden de manera
sobresaliente en las encuestas sobre las destrezas en matemáticas, ciencias y
comprensión lectora. Un éxito. También lo señalaron el Alcalde y el propio
Consejero. Lo que sucede es que ese éxito en educación no se traduce en impulso
económico. No sé si porque todavía hay que esperar a que estos chicos crezcan o
porque cuando crecen se van fuera, como esa cecina que viajó ayer a Londres
para ofrecer a quienes gastan más de cien mil libras al año en Harrods un
piscolabis de lujo.
Dijo
el Consejero, cuando saludaba a los asistentes, que un amigo es una persona que
te conoce bien y a pesar de ello te sigue frecuentando. Me gustó la definición.
Por eso me atrevo a decir que a Pepe le gusta más decir piscolabis, porque es
mi amigo y creo que lo conozco y me gusta frecuentarlo. ¡Felicidades, Pepe,
disfruta del piscolabis!
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