Buscar este blog

viernes, 8 de marzo de 2024

Nihil obstat. (En Hoy por Hoy León, 8 de marzo de 2024)

    Para poder publicar un escrito en nuestro país hasta hace cuatro días era necesario conseguir el nihil obstat de la censura eclesiástica católica, la aprobación del contenido moral y también doctrinal de lo escrito. Eso no pasa ya y podemos escribir lo que pensamos con independencia de la opinión de la autoridad, ya sea religiosa, política o de cualquier otra índole, pero el caso es que medimos nuestras palabras cuando actuamos de cara a los demás. Yo lo hago cuando te escribo esto de cada viernes, pero no solo: también lo hacemos en cualquier intervención pública, sea en el foro que sea, desde una conferencia, una charla, aunque sea más informal, hasta la participación en un pleno del ayuntamiento o una sesión del claustro de profesores de un colegio. Medimos nuestras palabras no tanto por las consecuencias que puedan traer consigo, como por lo que dicen de nosotros, por el modo en el que nos retratan delante de los otros. Funciona un nihil obstat privado, una censura íntima que en muchas ocasiones llega incluso a silenciarnos.

    Esa forma de control, que es control social y tiene escalas que nos miden desde la más pura violencia o coacción autoritaria hasta las normas sociales más elementales, pasando por el adoctrinamiento que se realiza desde los medios de comunicación y la propaganda, los comportamientos generalmente aceptados o los usos y costumbres que conforman el sistema informal de creencias que en algunos casos se convierten en generadores de prejuicios, no deja de ser en cierto modo argamasa social, cemento en las relaciones. Eso, que inicialmente va contra nuestra libertad, termina siendo exigido en muchos casos como elemento básico de la relación social. Es, claramente, un juego de tensiones. Lo que me permito pensar, lo que la sociedad espera que piense, lo que calculo que debería pensar, lo que realmente pienso…

    ¿Dónde pones tu nihil obstat? ¿Hasta dónde eres capaz de permitirte tus opiniones? ¿Actúas con absoluta libertad? Al hilo de una actividad que en algún centro educativo de aquí de León se iba a realizar para visibilizar la necesidad de seguir educando en la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, surgió una polémica que no te cuento porque no hace al caso, pero que me lleva a pensar que hay personas que en su idea de lo que es correcto no se permiten entender que haya otras personas que piensan diferente y parece como si hubiese una necesidad de otorgar el beneplácito incondicional a propuestas que no admiten lo contrario. Es verdad que nos movemos en el proceloso mar de los símbolos, que la interpretación de los gestos está más en el que percibe que en quien interpreta, pero es muy difícil alcanzar acuerdos con quienes ya tienen la verdad antes de empezar a hablar. El control es en cierto modo "enfermizo" porque nunca es total. La vida es imprevisible. Es eso. Es saber que nunca vas a poder cerrarlo todo, que siempre queda algo abierto, pero es que es así y eso no va a cambiar nunca. La calma no está en el control, sino en la confianza.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario