Lo que me gusta de esa
campaña de publicidad que ha conseguido que haya quien cante lo de los elfos en
una furgoneta camino de Logroño o en la Plaza de Rojas de Toledo celebrando la
llegada del año nuevo es, más que la magia misma, el desplazamiento del punto
de mira desde el personaje principal a los secundarios. Me gusta esa mirada
protagonista hacia quienes llevan a cabo las tareas, los que están a cargo del
trabajo sordo que no tiene el brillo de los que salen en portada. Creo que está
en todo cuanto hay, que siempre hay una realidad invisible que hace posibles
las cosas que brillan y que tiene que ver con el trabajo. Por eso me gusta que
se hable más de los elfos que de Papá Noel o de los pajes que de los Reyes
Magos. Ellos son la magia, los que la hacen posible, los que la encienden y la
mantienen viva.
Creo que tú eres un
elfo, lo sé de sobra. Eres un paje al servicio de la magia. Lo sé porque estás
pendiente de cada detalle de lo que te cuento y entiendes todo lo que te digo,
aunque no tenga sentido ninguno ni para ti, ni para nadie. Disfruto mucho
contándote todo esto, porque entre los miles de personas que lo están
escuchando, sabes que, aunque no conozca tu nombre, aunque nunca te haya visto
en la vida, todo esto lo digo para ti, tu corazón lo reconoce como tuyo. Es un
principio esencial de la magia que ahora estés dudando si hablo contigo,
conocido o desconocido, cercano o lejano, leonés o vallisoletano. Porque la
magia tiene estas cosas: te saca de la realidad prosaica del sofá tapizado en
azul de todos los días y te eleva al cielo de todos los colores en el que caben
los sueños. Lo decía Borja Montón en su espectáculo: las esencias de la magia
son la creatividad, los sueños y la osadía. No lo decía exactamente así, pero
así es como yo lo entiendo.
Por eso me gusta que te
atrevas a poner tus sueños en juego, que no sientas que te quedas atrás en el
serpentín que enfría la vida, que veas cómo brota la espuma en el vaso por
encima de las miradas que se quedan en la tristeza de las obligaciones y el
esfuerzo. Los elfos y los pajes no se detienen, no sienten su esfuerzo como una
obligación, ni sufren cuando las cosas no salen perfectas. Los elfos y los
pajes son la misma idea, por mucho que se nos ocurra tantas veces encender la
pelea de unos contra otros. Magia incierta, pero auténtica magia.
¿Quieres que te diga
cuántas veces me han preguntado estos días que por qué queremos ser
independientes? Muchas. Cada vez que alguien ha sabido que vengo de León. No sé
si eso quiere decir que se han interesado por saber qué es eso del Reino de
León, pero ha tenido su momento de magia, su momento de poder explicar quiénes
son elfos y quiénes pajes. Unos y otros la misma magia, cierto. Pero cada uno
en su casa y regalos en la de todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario